31 C
Santo Domingo
domingo, enero 19, 2025
spot_img

El cambio es una pantomima

Desde hace muchos meses no estoy siguiendo lo que hace o deja de hacer el partido gobernante de mi país: el Partido Revolucionario Moderno (PRM). No hay que indagar en demasía para olfatear que es un partido político de derechas, a pesar de haber sido engendrado con la mitad del útero y un ovario y la vágina del PRD, partido en proceso de desaparición. Porque dos personas se han adueñado de las siglas y de su mentor como herencia, una costumbre muy habitual en los países en vías de desarrollo.

El PRM accedió al poder gracias a la palabra «cambio» que destutanó al PLD. Este cambio es una pantomima muy bien lograda por los asesores nacionales e internacionales del presidente Abinader.

Sacrificando a su militancia y dirigencias por personas de la alta sociedad. Megamillonarios como lo es él y parece que entendió que se llevaría y gobernaría más tranquilo con personas sin necesidad de un sueldo público.

Es de derechas porque ni el matrimonio homosexual ni el feminismo entran en los planes de apuestas sociales ni de conquistas.

¿Cómo hemos permitido esta situación como pueblo dominicano? ¡Cómo también se lo permitimos a los gobiernos del PLD que quieren volver a gobernar!

Entre sotanas y vírgenes, y las avasalladoras prédicas de las y los evangélicos con poder político como nunca antes; el presidente Luis Abinader se siente tan arropado en el Palacio Nacional que ya ha puesto en marcha la reelección.

Gestionando la República Dominicana mediante préstamos y el sector privado donde él supone que les resolverán el desempleo de un país semianalfabeto acostumbrado a las dádivas y a la caridad de sus votantes para subsistir. Nos han convertido el sistema de partidos políticos en pedigueños del Estado dominicano.

Aunque no se diga públicamente pero todos, todas y todes los que hemos emigrado y residimos quizá de por vida en ultramar, lo tenemos muy claro.

Decir que, personalmente, he quemado mi etapa de la politiquería RD en Madrid. Me hubiera gustado un verdadero «cambio» en mi país de origen. Pero tendré que esperar hasta que mis cenizas se las beba un río, o quizá, la sal del mar…

Madrid, España.

+ DEL AUTOR/A

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí

+ POPULARES