La que acaba de transcurrir ha sido una buena semana en materia de política exterior para el presidente Luis Abinader quien a juicio de los expertos se lució en todos los escenarios.
Su participación en la vigésimo séptima Conferencia anual del Banco de Desarrollo de América Latina y el Caribe (CAF) y el Financial Times sobre identificación de oportunidades para inversores y gestión de activos, celebrada en la sede de la Organización de Estados Américanos (OEA), Washington DC, Estados Unidos (EE.UU), ha merecido el aplauso colectivo.
Allí Abinader destacó, con datos y cifras, las ventajas y oportunidades de inversión en el país al tiempo de resaltar la importancia de fortalecer la democracia y fomentar el desarrollo económico en la región. Previamente, el mandatario fue recibido por el secretario general de la OEA, Luis Almagro, quien elogió los resultados alcanzados por el presidente dominicano en diversas áreas, así como los avances económicos y sociales.
Ya de regreso al país sostuvo una importante reunión con el secretario de Estado (canciller) norteamericano, Antony Blinken, con quien abordó temas como el de Haití; la seguridad regional, la situación de Venezuela y la Cumbre de las Américas entre otros.
Desbordado en elogios, el canciller gringo mostró su complacencia con el encuentro, garantizando que las relaciones bilaterales estaban su mejor punto y anunciando una serie de programas de cooperación para beneficio mutuo.
Pero como si fuese poco, Luis Abinader corona (y no su apellido) la semana con la decente pero contundente respuesta que le dio al desubicado ministro de Interior venezolano Diosdado Cabello, a quien puso en su puesto por fresco y atrevido.
