La ciudadanía en la República Dominicana está constitucionalmente acuartelada, es decir, atrapada para que no pueda ser ejecutada y eso que se dice que nuestra Carta Magna es una de las más avanzadas. Decimos esto porque la misma está atrapada en unos artículos que al final siguen decidiendo el Congreso y no cada uno de nosotros, en nuestro rol ciudadano.
Es muy fácil ver esta realidad: el artículo 22 nos habla de los derechos ciudadanos, pero los mismos son un fiasco ya que básicamente el único derecho que se nos otorga es el de elegir y ser elegible; pero el derecho de ser ¿elegible? está reservado para los grupos fácticos y sectores de poder. Entonces, ¿dónde está el derecho?
Los numerales 2 y 3 son improbables de ejercer, ya que están amparados en una ley que hasta el momento es inexistente y además está amparada en el artículo 210 de nuestra ley suprema. Yo me pregunto ¿para qué?, si el numeral 2 de dicho artículo deja natimuerta esa ley, porque requiere de previa aprobación de las dos terceras partes de los presentes en ambas cámaras. De que es avanzada es avanzada… en favor de nuestros honorables legisladores luego de ser elegidos.
Pero el mejor de los ejemplos de que nuestra ciudadanía está acuartelada es que no tenemos referendo revocatorio y todo lo que se realice viene ya preparado, es decir, que usted tiene que decidir sobre las iniciativas que le manden los representantes, usted no es ningún mandante como se nos quiere decir que somos.
Tranquilo que usted tiene participación local de los artículos 203 al 207, pero cuando vamos al asunto resulta que son literalmente un sofisma, debido a que se nos habla en un lenguaje técnico y para buen entendedor tantas palabras sobran, pero no existe ningún mecanismo de sanción para el que no aplique dichas normas que son de carácter obligatorio, entonces… ¿cómo nos defendemos?
Ahora que se está hablando de una modificación a la Constitución, es más que una obligación personal exigir que se introduzca en nuestra norma suprema, el referendo revocatorio después de pasar un año en lo que tiene que ver con las alcaldías, regidores y miembros del congreso que estén violentando normas y que estén vinculados a hechos graves para que de una vez y por todas en verdad estemos hablando de una democracia participativa, mientras tanto los ciudadanos en la República Dominicana, estamos sujetos a los representantes de una sociedad civil que le va tan bien como al mejor de los partidos aliados y de un acuartelamiento constitucional que no tiene verdaderamente ningún beneficio real para nuestros derechos ciudadanos, además de que la ley de aplicación su ritmo de aprobación corre la misma suerte que los temas importantes, que se necesitan convertir en urgentes.