Otra vez el presidente Luis Abinader tiene que resolver situaciones creadas por el ministro de Relaciones Exteriores, Roberto Teodoro Álvarez Gil. La rápida intervención del mandatario aclarando que lo que se aprobó en la reunión de la Comisión Mixta Bilateral del pasado 27 de mayo, fue sólo crear una mesa técnica que dilucide las pretensiones de canalizar el Río Dajabón por parte de Haití, tranquiliza a la nación.
Hace una semana y según diera a conocer el propio Álvarez, el presidente dominicano y su par haitiano, Jovenel Moïse, acordaron instruir a sus respectivos cancilleres para tratar el tema del afluente fronterizo pero con el triste desenlace de que el canciller haitiano, Claude Joseph, hizo su parte en favor de sus intereses y el nuestro no.
Y es que luego de conminarlos en abril a detener los trabajos de la obra mediante una nota diplomática, y recibir la indiferencia como respuesta, la actitud de nuestra cancillería ha sido muy tímida y complaciente, dejando entrever en una extraña declaración oficial, una postura aquiescente a las pretensiones vecinas.
Un tuit de Roberto Álvarez mostrando las justificaciones que hace Haití, constituye una afrentosa actitud antinacional y que va en contra de lo estipulado en el acuerdo binacional de 1929 respecto al tema hídrico. Se recuerda que en enero pasado Abinader también tuvo que rectificar otra información errónea de Álvarez Gil sobre una alegada construcción por parte nuestra de hospitales en suelo haitiano. Afortunadamente el presidente, como jefe de la diplomacia nacional, devuelve la calma con su oportuna aclaración.