El pasado fin de semana tuve una conversación con un empresario especializado en iluminación. Me comentaba que los pilares de su gestión empresarial se basan en la mejora continua, la innovación, la diferenciación y, sobre todo, la mitigación de riesgos.
El incendio que afectó ayer a un conocido negocio en la calle 12 de Julio, en Puerto Plata, trae a colación la importancia de mitigar los riesgos en cualquier empresa, sin importar su tamaño.
Pero, ¿cómo mitigar un riesgo? El primer paso es evaluar a qué peligros está expuesto el negocio e identificar las áreas más vulnerables o aquellas actividades que generan mayor inseguridad. El segundo paso es reconocer que toda actividad empresarial conlleva, de forma inherente, una serie de riesgos. Finalmente, el tercer paso es controlar esos riesgos o, al menos, intentar minimizarlos.
En muchos casos, evitarlos por completo es una tarea imposible debido a la naturaleza del negocio. Aquí entra en juego la transferencia de riesgo.
¿De qué manera se transfiere el riesgo? A través de una póliza de seguros, diseñada según las particularidades de cada actividad comercial.
Transferir el riesgo a una aseguradora garantiza que el negocio podrá continuar operando incluso tras una catástrofe. Además, el propietario o los socios no tendrán que recurrir a otros bienes para reactivar el negocio o indemnizar a terceros, como es el caso de un incendio.
Los accidentes, incendios y fenómenos naturales son eventos que pueden convertirse en catástrofes, y ningún establecimiento está exento de ellos. Sin embargo, solemos pensar que estas eventualidades no nos afectarán, hasta que lo hacen, y generalmente cuando menos lo esperamos.
¿Cuánto cuesta un seguro contra incendios y líneas aliadas? Aproximadamente mil pesos por cada millón asegurado. Este valor puede variar según factores como el tipo de construcción, la actividad empresarial o la cercanía al mar en ciudades costeras. Aun así, este valor sirve como referencia para estimar el costo de una póliza que transfiera la incertidumbre y el riesgo.
Si ha construido su negocio con esfuerzo y dedicación, no deje su futuro a la suerte: transfiera los riesgos. Asegure su empresa y libérese de la constante preocupación de no estar protegido o de estar asegurado por debajo del valor real de su negocio.
Recuerde que las ventas deben ser suficientes para cubrir la póliza, porque lo único que garantiza la continuidad del negocio y la preservación del patrimonio es un buen seguro.
Por LUIS HENRIQUEZ CANELA,
Gerente General de Corredores de Seguros Canela
