Vivo en un pueblo, que pueblo, vivo en un mundo de irresponsables y nos cabe la conjugación completa, en todas las personas y en todos los tiempos y modos.
Aterrizando en el patio, nuestra irresponsabilidad se manifiesta en todos los sentidos. Evidenciado aún más, en este tiempo de coronavirus.
Irresponsable el gobierno, irresponsable la oposición, irresponsables los empresarios e irresponsable el pueblo llano. Irresponsable soy yo, irresponsable eres tú.
¿Cómo es posible, que un país en donde hace unos días se anunciaba que no pasaríamos a una fase de apertura programada, porque no estábamos preparados y de repente pasamos a una apertura total sin un protocolo de conciencia?
Es como si actuáramos por emociones de parte del gobierno, es como si dijeran “dejémoslo que se jodan to” ¡Eso es lo que quieren, démosle lo que quieren!
Irresponsables, o tal vez están esperando el colapso para entonces tomar otra medida más irresponsable, porque viene impregnada de interés ´político.
Irresponsables la oposición, que, como quieren salir de la situación política actual, han metido al pueblo al ruedo del circo romano, en donde se enfrentan infelices esclavos de la ignorancia y la manipulación, al voraz instinto del león hambriento.
Caray, sólo le pido a Dios, que la irresponsabilidad no nos sea indiferente. Es un monstruo grande y pisa fuerte toda la inocencia de la gente.
Sólo le pido a Dios, que como dijo la madre Teresa, haga mi parte recogiendo el primer mendigo de Calcuta, con la esperanza de contagiar a otros a recoger en otras partes del mundo, aunque la misión se vea como la gota de agua extraída del mar y que gota, a gota, busca trasladar al mar en la eternidad de la utopía.
Pero, si de consuelo nos sirve, hemos de tomar en cuenta que en todos los tiempos ha habido irresponsables; si no, pregúntale a Poncio Pilato por qué entregó al Cristo, no hallando culpa en él o preguntémosle a Pedro, por qué, cuando aseguró que jamás renunciaría del maestro, lo negó tres veces antes que el gallo cantara dos.
Sólo exhorto a los irresponsables del gobierno y a los irresponsables de la oposición, que ensayen vivir con sus conciencias (Si es que tienen) pues cada muerto de hoy en adelante le será apuntado a su cuenta.
Cuando colapsemos, se preguntarán por qué no lo vimos venir y la respuesta no la hallarán porque la ambición propia, encontrará siempre la culpa en el otro, Ojalá y cosechen lo sembrado porque frente a esta realidad, nadie absolutamente nadie, está blindado.
Exhorto a que aprendan a orar, porque sólo en Dios y su infinito perdón, podrán encontrar consuelo frente a tanta irresponsabilidad de un lado y del otro. ¡Que Dios, quiera perdonarlos, partidas de irresponsables!
Hasta la próxima.