HOUSTON.– Cuando los Mets firmaron a Juan Soto con un contrato de 15 años y US$765 millones este invierno, dándole por mucha diferencia el acuerdo más grande en la historia de las Grandes Ligas, mucha gente imaginó precisamente el tipo de escena que se desarrolló en el noveno inning en el Día Inaugural: Soto en el plato con el juego en la línea.
Durante la derrota de los Mets por 3-1 la tarde del jueves en el Daikin Park, a los jugadores de los Mets – a todos menos Soto, en realidad – les costó embasarse. El abridor de los Astros, el dominicano Framber Valdez, estuvo excelente. El abridor de los Mets, Clay Holmes, no estuvo tan fino, lo que resultó en una ventaja de tres carreras para Houston al llegar al noveno. Los Astros recurrieron desde allí a su estelar cerrador Josh Hader.
De repente, los Mets tuvieron frente a ellos la oportunidad de robarse el juego, llenando las bases con un par de sencillos y un boleto de 12 lanzamientos que tomó el novato venezolano Luisangel Acuña, lo que casi le garantizó a Soto otro turno al bate. Con un out, el puertorriqueño Francisco Lindor bateó un elevado de sacrificio para poner el juego por dos, llevando a Soto al plato como la potencial carrera de la ventaja.
Después de haberse embasado ya tres veces, Soto tomó tres bolas consecutivas para abrir el turno, contento de tomar un boleto si fuera necesario. Pero Hader se abrió camino de regreso en la cuenta con una slider en 3-0 por el medio, que Soto dejó pasar, y una recta cerca de la parte superior de la zona, que bateó de foul hacia atrás.
Con la cuenta llena, Soto esperaba que Hader volviera con lo que él considera el mejor lanzamiento del cerrador: su poderoso sinker. En cambio, Hader lanzó otro slider muy fuera del plato, provocando un mal swing en blanco de Soto.
“No me lo esperaba”, dijo Soto. “Simplemente son cosas que pasan”.
A veces, el guión necesita un poco más de tiempo para desarrollarse.
Un final más poético habría visto a Soto, la pieza central de una de los rosters más caros jamás reunidos, reivindicando la fe puesta sobre él por parte del propietario Steve Cohen y el presidente de operaciones de béisbol David Stearns. Al dirigirse al Día Inaugural, Soto era uno de los personajes principales de la nueva temporada de las Grandes Ligas, una estrella tan popular como cualquiera que no se llame Shohei Ohtani. Todo el juego se había estado armando hacia su turno al bate en el noveno. Cuando se dirigió al plato, cualquiera que no estuviera mirando habría sido incentivado a buscar rápidamente el control remoto.
“Creo que todo el mundo estaba como, ‘Hombre, vamos a tener a Juan ahí y ver qué pasa’”, confesó Holmes. “Y pudimos hacerlo”.
Pero eso es lo que pasa con el béisbol: no todos los momentos poéticos terminan con una rima adecuada. Incluso el año pasado, en una de las temporadas ofensivas más exitosas de cualquier jugador de Grandes Ligas en este siglo, Soto falló mucho. Los clichés populares se basan en ese concepto.
Si Soto hubiera podido elegir un momento para tener éxito, ciertamente habría sido en el noveno contra Hader. Todo el mundo quiere causar una buena primera impresión, sobre todo aquellos con enormes contratos y grandes expectativas. En este caso, simplemente no sucedió.
“Por supuesto, como competidor, siempre quiere salir adelante”, señaló el mánager Carlos Mendoza.
“Estaba esperando ganar el juego”, agregó Soto. “No salió como queríamos”.
Para Soto, se presentarán muchas más oportunidades en los próximos 161 juegos (sin mencionar los 14 años siguientes). Dado su historial, Soto probablemente saldrá triunfante con la misma frecuencia que casi cualquier otro jugador en el deporte.
Mientras tanto, tal vez un poco de adversidad temprana no sea tan mala para los Mets. El año pasado, perdieron sus primeros cinco juegos – y casi pierden el sexto – antes de recuperarse para protagonizar una de las temporadas más impresionantes en la historia de la franquicia. La derrota del jueves marcó la primera vez que los Mets han perdido los Días Inaugurales consecutivos desde 1999-2000… que también resulta ser la única vez que se han clasificado para la Serie Divisional de la Liga Nacional en temporadas consecutivas.
Estos Mets tienen una oportunidad tan buena como cualquiera en la memoria reciente para lograr ese tipo de cosas y más. Un ponche de Soto no va a cambiar su trayectoria, al igual que una derrota en el Día Inaugural no va a disminuir las expectativas de esta temporada.
“Estábamos ahí, cerca”, terminó Holmes. “Al final del día, si tenemos a Juan en el home con la oportunidad de ganar el juego, a cualquiera le gustan esas probabilidades”.