Existe un refrán que dice: «no hay dos oportunidades para una primera impresión».
La República Dominicana es uno de los países mas hospitalarios del mundo, incluso naciones cercanas a nuestra ubicación no tienen el mismo comportamiento laboral dentro de los aeropuertos.
La primera línea de contacto de cualquier turista, o compatriota que retorne al país, es el personal de migración, seguridad aeroportuaria, agentes aduanales, técnicos de agricultura, agentes DNCD, policías y finalmente los maleteros, ohh sí, los maleteros.
Es posible que todos los involucrados en la primera línea de representacion nacional ante el mundo, tengan algún proceso de formación protocolar y normas procedimentales. Sin embargo, me temo que los maleteros andan sueltos y sin vigilancia.
Los dominicanos hemos superado la era de saquear maletas y el robo de pertenencias a los usuarios de embarque, hay otros países en que todavía mantienen esa lucha con la ética colectiva.
Pero tenemos una tarea pendiente con los maleteros, pues algunos creen que cuando se topan con alguna dama vulnerable o en condiciones limitadas, pueden hacer su diciembre en pleno verano.
Una familia muy cercana, entró al país desde Baltimore, US, por un importante aeropuerto del Este, y cuando me comentó de su experiencia con estos maleteros, vi en su rostro una terrible frustración casi de espanto, a tal punto que me dijo, Jhanel yo tenía 7 años sin venir y creo que no vuelvo jamás al país.
Cuando terminó su historia, me sentí algo culpable y avergonzado, pues lo que hace un maletero con algún usuario, nos afecta a todos como nación; es injusto culpar al colectivo, pues pienso que la mayoría son serviciales, diligentes, aunque muy confianzudos.
Soy de sugerencia que los organismos que coexisten en los aeropuertos, hagan una gran jornada de formación académica a los maleteros, pues los pasajeros aeroportuarios en su mayoría les gusta la gente distante de su equipaje y con mucha cautela en el abordaje.
Los maleteros son una cara muy importante de nuestra nación.
Gracias