Como habรญamos dicho en la entrega pasada, el presidente Luis Abinader anunciรณ su decisiรณn de optar por un nuevo mandato en las elecciones del 19 de mayo del 2024, aunque lo hizo cuatro dรญas antes de lo que habรญa sido pronosticado.
Una estrategia polรญtico-comunicacional que le permitiรณ arrancar la semana imponiendo el tema pero sin restarle espacio ni impacto a la alocuciรณn que harรก maรฑana desde la provincia de Pedernales, justo un dรญa antes cuando el Partido Revolucionario Moderno (PRM) debe depositar ante la Junta Central Electoral el listado de los candidatos que participarรกn por la nominaciรณn.
Con un padrรณn cerrado y sin restar mรฉritos a los otros tres contendores (Guido Gรณmez, Ramรณn Alburquerque y Delia Ortiz) se da por un hecho que Abinader, puntero en todas las encuestas, serรก el candidato del PRM. Algo que define -u oficializa-, no solo el panorama polรญtico, sino las estrategias de los partidos mayoritarios y sus aliados.
Que son, por un lado, la de la oposiciรณn, representada en las opciones de la Fuerza del Pueblo con Leonel Fernรกndez; del Partido de la Liberaciรณn Dominicana con Abel Martรญnez y del Revolucionario Dominicano con Miguel Vargas, que tratarรกn de hacer nรบmeros para primero, frenar un triunfo en primera vuelta del PRM y segundo, intentar armar mayorรญa en un potencial balotaje.
Mientras que el oficialismo, con logros ostensibles pese a una gestiรณn desarrollada bajo imponderables y presiones externas, que tratarรก de traspasar la aceptaciรณn de Luis Abinader a las urnas pero sin descuidar la cita municipal del prรณximo 18 febrero, algo que definitivamente incidirรก en las congresuales y presidenciales de mayo.