Hipólito Mejía, ex presidente de la República, es un referente obligado a la hora de consultar, o buscar un buen consejo dentro del escenario político nacional.
El escenario político está ardiendo con las declaraciones que Mejia habría dado ante una entevista, sin embargo detrás de las sinceras palabras de Hipólito se visualizan otros detalles que expondré a continuación.
El presidente Luis Abinader tiene un visible apoyo del ex presidente Mejía, quien a su vez ha dejado claro que jamás volvería a aspirar a la presidencia de la República, sin embargo él se mantiene orbitando como buen consejero y consciente de los grandes desafíos que afronta el gobierno y el Partido Revolucionario Moderno.
Hipólito dejó claro que no está conforme con el manejo político del actual Canciller, lo que provocó ciertos rumores de una posible salida de su excelencia Roberto Álvarez.
El PRM está consciente de que la unidad partidaria garantizaría su permanencia en el poder de forma fácil y previsible más allá del 2024, en tal sentido, si quedara vacante la plaza de Cancillería, se presenta una brillante oportunidad para seguir colocando las fichas del ajedrez político.
Ramón Alburquerque reúne todas las virtudes para ocupar dicha posición, es un diplomático de fina formación, de los pocos políticos en América Latina en manejar más de 4 idiomas, formado académicamente en USA y Europa, donde posee excelentes relaciones.
Por otro lado, unificaría en gran medida la visión política partidaria de los fundadores ideológicos del PRM y le sumaría experiencia al tren gubernamental.
En cuanto lo dicho por Hipólito a David Collado, el ministro de Turismo y ex alcalde, debe valorar de forma positiva el llamado de atención de un político que lo quiere y lo estima como Papá, pues David tiene todas las posibilidades de ser un futuro presidente de la República, pero es fundamental mantener vínculos con las bases y cuadros del partido que sustentará ese proyecto político en el presente y el futuro.
El gobierno va bien, pero siempre se puede mejorar.
Excelente discernimiento ¡