Mientras la pandemia ya ha dejado más de 302.000 víctimas mortales y casi 4.500.000 infectados, el reconocido geriatra y profesor en la Facultad de Medicina de la Universidad de Boston, Thomas Perls, asegura que si se toman en cuenta los decesos por covid-19 en los hogares de ancianos, la tasa de mortalidad se duplicaría en EE.UU. y aumentaría en todo el mundo.
En una entrevista con RT, el experto señaló que las cifras que maneja el Gobierno norteamericano se basan en las muertes registradas en hospitales. «Tal vez ellos piensan que eso es todo de lo que se tienen que preocupar», agregó.
Perl mencionó dos problemas: la gran cantidad de población vulnerable que se encuentra en esas condiciones, pues 1,3 millones de personas viven en casas de retiro en EE.UU y aproximadamente un tercio de ellos sobrepasan los 85 años. El otro problema —considera— es la cantidad de asilos que han presentado casos de coronavirus.
Basándose en cifras del estado de Massachusetts, «casi el 90 % de todas las casas de retiro tuvieron al menos un caso de covid-19». El profesor explicó que debido al alto nivel de infección del virus, «una vez que entra en los asilos, es como un fuego salvaje que se propaga muy rápido».
En ese sentido, el especialista afirma que las muertes ocasionadas por la pandemia en este tipo de hogares no se han contabilizado, incluso por razones políticas. Asimismo, sostiene que si se recopilan las «cifras verdaderas», EE.UU. podría alcanzar las 200.000 víctimas, tomando en cuenta que hasta hoy se han reportado más de 85.000 fallecimientos por coronavirus.
Si bien los números de afectados han comenzado a caer, Perl asegura que en los hogares de ancianos se están incrementando y se corre el riesgo de que continúe la tendencia. «Es increíblemente difícil para todos. No es algo que podemos ignorar. Debemos hacer todo lo que podamos para detener el virus en las casa de retiro», puntualizó.
Infectados «¡sin fiebre, sin tos, nada!»
El geriatra, quien se encuentra entre los líderes internacionales en el campo de la longevidad, calificó la situación de «atroz» y explicó que a diferencia de la influenza o la gripe, «la gente puede ser completamente asintomática ¡sin fiebre, sin tos, nada!, y todavía pueden portar el virus y transmitirlo». Por ello, cree que «revisar la temperatura de la gente es ridículo».
El especialista apunta a la ejecución de pruebas como la única forma de determinar si alguien está libre del virus y puede visitar un hogar de ancianos, aparte del uso de mascarillas y el lavado de manos. «Después [de aplicar estas medidas] vamos a ver el descenso de las cifras», agregó.
Además, el experto reiteró que este escenario no sucede solo en EE.UU. y se trata de un problema que ocurre en todos los países del mundo.
