La explicación dada por el Ministerio de Educación (Minerd) a la denuncia periodística de supuestas irregularidades en la compra de 752 mil equipos tecnológicos a ser utilizados en programa “Educación para todos, preservando la salud” ha sido clara y concluyente despejando toda duda sobre la diafanidad y pulcritud con que se maneja la institución.
Pero además, la respuesta del ministro Roberto Fulcar desmonta de forma contundente los alegatos de una imputación, que pese a la gravedad de lo señalado, no estuvo avalada en documentos ni en elementos probatorios.
En el detalle de la misiva que envió el Minerd al medio periodístico que publicó el cuestionamiento, se demuestra que lo acontecido con dos de las 56 empresas que ganaron el referido proceso de licitación no violenta la Ley Compras, Contrataciones, Bienes, Servicios y Concesiones del Estado, y que la adjudicación, realizada bajo el protocolo de Urgencia y no de Emergencia como se denunció, estuvo apegada a las normas y los procedimientos institucionales correspondientes.
El solo e importante hecho de que ninguna de las compañías participantes haya objetado la operación indica que todo estuvo por la regla. Sin embargo, y como cuando se trata de intereses las lecturas inocentes no existen, ni en política se dan puntadas sin hilo, no ha pasado desapercibido el que este temerario señalamiento se produjera en momentos cuando el presidente Luis Abinader le haya reconocido y felicitado por su desempeño al frente del Minerd y que la imagen de Fulcar como buen funcionario esté altamente valorada por la población.