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jueves, noviembre 21, 2024
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Una realidad

Con el tema de la mortalidad materna, el presidente Luis Abinader ha mostrado una triste realidad, que aparte de afectarnos en tรฉrminos estadรญsticos, tambiรฉn desnuda el pesado fardo que ha tenido que llevar Repรบblica Dominicana como consecuencias de las debilidades sanitarias de Haitรญ.

La revelaciรณn hecha por elย ย mandatario de que el 48 por ciento de las mujeres fallecidas en labores de parto en nuestro paรญs corresponden a nacionales haitianas, no puede pasar desapercibida por la comunidad internacional, que sabe muy bien de las calamidades de la hermana naciรณn pero que histรณricamente se ha hecho de la vista gorda, o mรกs especifico aun,ย que prefiere bajar la vista y tirar elย ย problema para este lado de la isla.

Un cuadro que por mรกs que intenten las autoridades de salud dominicanas, nos mantendrรก con bajas calificaciones en mortalidad materna ante los registros mรฉdicos internacionales, que sรณlo analizan las cifras y no necesariamente las razones de las mismas.

Lo planteado por Abinader y sustentado en que el 29 por ciento de las camas de nuestras maternidades son ocupadas por parturientas del vecino paรญs, habla en mayรบsculas del alto costo econรณmico que significa elย respaldo humanitario que histรณricamente hemos estado brindado a Haitรญ.

De ahรญ la importancia de que el presidente dominicano haya aprovechado la lupa mundial que produce la vigรฉsimo sรฉptimaย Cumbre de Jefes de Estado y de Gobierno a efectuarse desde maรฑana hasta el miรฉrcoles en Andorra, para evidenciar la crudeza de la realidad que nos ha tocado enfrentar y la necesidad de que ya las potencias tomen cartas en el asunto.

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