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jueves, diciembre 12, 2024
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El peligro de los anabolizantes y suplementos de testosterona

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REDACCION INTERNACIONAL.- El afán por conseguir un cuerpo escultural, de reducir grasa o de mejorar el rendimiento deportivo llevan muy a menudo al consumo de fármacos con actividad anabolizante o suplementos de testosterona que, sin un debido control médico, son causa de numerosos problemas de gravedad variable.

Ya al problema de por sí grave de medicarse sin prescripción médica se suma el hecho de que, con demasiada frecuencia, los fármacos consumidos se adquieren de forma ilegal a través de internet o en el entorno de gimnasios y centros deportivos.

El doctor Javier Cambronero Santos, jefe de Servicio de Urología del Hospital Quironsalud San José, nos advierte que «esta actividad conlleva dos grandes problemas: desconocemos la composición exacta del producto adquirido al salir su venta del circuito oficial y su consumo casi nunca está supervisado por un médico».

Cuando se empezó a extender el uso de estas sustancias, eran empleadas por deportistas de élite que querían posteriormente introducirse en el mundo del fisiculturismo. Pero hoy en día, debido a los exigentes patrones estéticos que marca la sociedad, potenciados por la prensa y la televisión, algunos entrenadores físicos los recomiendan y también se aconsejan en foros de internet o usuarios habituales para conseguir cambios físicos con rapidez.

El utilizar andrógenos puede causar importantes efectos en la salud, como:

Hepatotoxicidad; que es una lesión del hígado originada por un fármaco o ciertos suplementos

Cardiotoxicidad; que es un trastorno del corazón

Policitemia; que conlleva al aumento de glóbulos rojos con riesgo de trombosis

Dislipemia; que es una alteración de los niveles de lípidos en sangre

  • Hipertensión
  • Depresión
  • Ginecomastia; que causa el aumento del tamaño de las mamas
  • Atrofia testicular
  • Infertilidad
  • Disfunción eréctil
  • Trastornos psicológicos
  • Virilización en la mujer

Por otro lado, a menudo su consumo continuado posee un carácter adictivo debido a que cuando se dejan de tomar estas sustancias, el organismo tiene temporalmente inhibida la producción de testosterona natural y, además, revierten los efectos deportivos y físicos conseguidos con la medicación.

Una grave consecuencia del consumo de anabolizantes también es el hipogonadismo que se conoce como el trastorno en que los testículos dejan de producir testosterona de forma natural. El especialista puntualiza que «en ocasiones el uso continuado de estas sustancias provoca este efecto y esto se traduce, además, en la aparición de una serie de síntomas a corto plazo como son la falta de libido, impotencia, caída del cabello, cansancio, infertilidad y somnolencia».

Cabe añadir que, dependiendo de la dosis y el periodo de consumición, la edad del paciente y el estado previo del testículo, la función testicular puede estar inhibida meses, años, o incluso haber desencadenado una atrofia muscular severa que ya no podrá recuperarse.

Para concluir, el doctor Cambronero insiste en que «el uso de estas sustancias sin prescripción ni control médico y, sobre todo, de origen dudoso en el mercado ilegal, es altamente peligroso y puede producir efectos secundarios graves, muchos de ellos irreversibles. Tengamos en cuenta antes de consumirlos que los cambios corporales que inducen son ficticios, ya que revierten en el momento que cesa su consumo».

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