Condenado en Carolina del Sur elige morir fusilado tras brutal asesinato que estremeció al estado

ESTADOS UNIDOS.– Stephen Bryant, de 44 años, un reo condenado por uno de los crímenes más violentos en la historia reciente de Carolina del Sur, ha elegido morir por fusilamiento, un método de ejecución reintroducido recientemente en ese estado tras más de una década de suspensión.
Bryant será ejecutado el 14 de noviembre, convirtiéndose en el tercer preso este año en enfrentar la pena capital mediante este sistema. Fue sentenciado por el asesinato de Willard “TJ” Tietjen, a quien disparó, torturó y marcó la escena del crimen escribiendo con su sangre la frase “Atrápame si puedes”.
“El nivel de crueldad fue extremo”, señalaron los fiscales durante el juicio, al detallar que el asesino quemó los ojos de su víctima con cigarrillos antes de dispararle.
Además, las autoridades vincularon a Bryant con otros dos homicidios cometidos durante una ola de violencia en el condado de Sumter en 2004, que sembró el miedo entre los residentes de la región.
La elección del fusilamiento por parte del condenado ocurre en medio de una polémica nacional tras la reciente ejecución de Mikal Mahdi bajo el mismo método. En ese caso, los abogados denunciaron fallos en la puntería de los tiradores, lo que habría provocado una agonía prolongada del prisionero.
Testigos declararon que Mahdi gimió durante más de un minuto antes de morir, mientras que fotografías de la autopsia mostraron solo dos orificios de bala, pese a que tres tiradores participaron en el procedimiento.
Las autoridades penitenciarias defendieron la ejecución, asegurando que “se siguió el protocolo establecido” y que los tiradores “habían sido entrenados y practicaron previamente”. Sin embargo, expertos forenses independientes han cuestionado la precisión y el rigor del proceso.
El fusilamiento fue reinstaurado en Carolina del Sur como método alternativo a la inyección letal, cuya aplicación se ha visto interrumpida por la escasez de fármacos necesarios.
Desde 1977, solo tres ejecuciones por fusilamiento se habían realizado en Estados Unidos, todas ellas en el estado de Utah. Con la muerte de Bryant, Carolina del Sur se convierte en el segundo estado en aplicar este método en la era moderna de la pena capital.
