Estuvimos a la altura
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Con la tormenta Melissa no hubo ni improvisación ni limitaciones. El Centro de Operaciones de Emergencia (COE), Meteorología, Obras Públicas, Defensa Civil, Fuerzas Armadas, Plan Social, Salud y demás instituciones, activó correctamente el andamiaje de prevención y respuesta en una coordinación que se sintió en todo el territorio nacional.

El país valoró que desde antes, durante y después del fenómeno, el presidente Luis Abinader asumió personalmente la batuta y dirigió en tiempo real el seguimiento, encabezó las ruedas de prensa y sostuvo la línea de mando para ajustar las prioridades y las decisiones de acuerdo a las circunstancias.

Se dispuso la suspensión de labores, docencia, restricción horaria y luego la movilización de personal y equipos de rescate ante las crecidas, deslizamientos y anegamientos. La instrucción fue clara: prevenir -y actuar- antes que lamentar.

El COE mantuvo los niveles de alerta diferenciados por provincia ajustándolos, según el comportamiento de Melissa, en un enfoque correcto porque, y aunque hubo graves afectaciones, el despliegue oportuno marcó la diferencia y disminuyó el impacto.

Una combinación de prudencia y ritmo que es precisamente lo que se espera de un gobierno que asume la gestión del riesgo como una política de Estado y no como una reacción episódica. Melissa volvió a recordarnos que la naturaleza no negocia; que exige instituciones con preparación, protocolos activados a tiempo y comunicación clara.

Ahora nos toca la ardua tarea de restaurar, pero en esta ocasión el gobierno estuvo a la altura y Abinader se lleva el aplauso con una muestra de sensibilidad humana y vocación de servicio hecha de manera sincera y no para impresionar porque -lamentablemente- él ya no será candidato…por lo menos en el 2028.


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