Sin ninguna duda la mente es el campo de batalla donde se gestan maravillosas, grandiosas, oscuras y malvadas ideas.
Tenemos el compromiso y la responsabilidad, como hijos de Dios, de someter nuestra mente a Cristo; renovarla, hacerla florecer y liberarla de los pensamientos dolorosos, ésos que nos añaden tristeza, amargura, rebeldía, desánimo, dolor, angustia y muchas veces se convierten en nutrientes negativos que deshabilitan e intoxican el alma.
El peligro que corremos al permitir que estos pensamientos amargos permanezcan en nuestra mente es que al final llegan a nuestro corazón y nos convierten en seres resentidos y desanimados. También debemos entender que no vienen de nuestro Padre Celestial, simplemente el Enemigo los usa como estrategia para que los pongamos en práctica y él ejecutar sus argumentos, por lo que tristemente nos distorsionan y caemos un estado de desánimo, desilusión y derrota.
Mientras les estemos dando vida, nunca podremos alcanzar con plenitud las ideas llenas de vida, gozo, éxitos y triunfos que dios tiene para nosotros. Recordemos que somos libres en Cristo.
Filipenses 3:13,14 Pablo dice: pero una cosa hago olvidando lo que queda atrás y extendiéndome a lo que está adelante, prosigo hacia la meta para obtener el premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús.
La mente es lo mas traicionero que puede existir, por experiencia digo que hay que liberarla de todo pensamiento negativo y que cuando algo malo nos suceda, debemos pedirle a Dios con toda nuestra fé que nos ayude 🙏🏽
La mente es el campo de guerra mas grande del ser humano en ella se encuentras todas las armaduras ya sea para destrucion o defensa por eso todo pensamiento tiene que ser renovado cada dia y llevado cautivo a la obediencia de Cristo Jesus.